Era pasada la media noche y no recuerdo de dónde venía exactamente…si de tus ojos negros claros, como lunas encendidas o de tus cabellos apretados en rizos bohemios,
que se enredan en cada esquina de mis sueños!
La cosa es que venía tan cansada (de contemplar tus lunares, que son tantos) que parecen cristales rotos de pecas canelas sobre tu piel morena…que nunca me di cuenta que empezaba a amanecer…cuando solté mis manos aferradas a tu recuerdo,
y llegue como tambaleando hacia mi cama…por esa embriaguez del alma de amarte tanto!
Son casi las tres, me dije…mirando el reloj con una aguja apuntando hacia tu historia
y la otra, clavada en mi cintura! y ese tic-tac tan insolente que no se aburre de su propio canto como yo (jamás me aburro de tu sombra) que duerme pegadita a mi cama como mi vieja alfombra!
Caí de un solo golpe sobre las sábanas sedientas de mi cuerpo, que parecían devorar mis muslos apretados por un panti negro (de encajes suculentos) de esos que bordabas con tus labios antes de arrancarlo a besos!
Y me miró la noche…casi desnuda de desvelos…y pensó en silencio…que nunca duermo por soñar contigo! Y yo…mirándola de reojo la ignoré por completo…porque nada más a mí me importa si te sueño o te aniquilo...o si termino por aniquilar mis sueños, por estar contigo!
Eileen
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