Ya no se decirle a dónde voy, después del alba, (pero después de caer, me levante y dormí de nuevo entre los lirios) que brotaron como desnudos en su lecho hambriento de mi cuerpo tibio (esas noches invernales) donde la nieve cubre la hermosura de los campos y los lobos lloran en los montes fríos por el celo contenido de su hembra
Mientras a los lejos los riachuelos coquetean con las pendientes empedradas mojándoles su orilla, como su boca moja mis labios en esos besos largos que nos damos tantas veces, antes de arrancar con las manos las caricias apegadas a la seda acurrucada entre mis senos, tan erguidos como la espada que ha cortado mis gemidos en sus brazos, tomándome mi vida sin recato…en la loca intimidad de mi regazo!
Ni se decirle vida, cuántas veces mis ojos buscaron su hermosura llana y ese cuerpo de varón que me domina, con su cálida tibieza y su fragancia, como un siervo que cruza las montañas en salvaje posesión de mi silueta y con esos cabellos de lunas blancas que me arrebatan las miradas y acaricio sin más palabras cuando me dice que me ama…como amor lo amo yo en este encuentro nuestro!
Porque me gusta tanto vida, que me duele al alma y a mi cuerpo lo seduce su mirada y se escurre vida mía entre su espalda, esos leves arreboles de sus ansias, como gotas de sudores y pasiones, donde amor los corazones se aceleran en la marcha hacia la aurora y se rozan apurados los ocasos vespertinos, con la miel que hay en sus ojos hechiceros.
Y es que podría contar la vida con presagios en estas noches de huracanes enredados con mis brazos, y sus sueños apretando mi costado, tan desnudo, tan moreno y apurado por tomar por completo mi silueta de mujer entre sus labios y esculpir a sorbos con la punta embelezada de sus manos…el delirio sometido a mis sentidos!
Y después...amarlo en un suspiro...de mis aguas a sus ríos…en la cúspide de un sueño!
Eileen
0 comentarios:
Publicar un comentario