Tus manos frías y de pálidas caricias…sostienen como ausente mi retrato…y el silencio ha sido testigo del desconsuelo de la mudez de la noche con lunas de piedra, mientras he sentido la caricia que cala (como herida)…y el roce del dolor entre los dedos…como sosteniendo espacios vacíos con tu puño…apretando mis recuerdos y que más nos da si gritan las calles…o las esquinas de faroles apagados…e incluso si las sombras danzan como el viento, formando fantasmas de sueños como perdidos!
Ay después que el ventanal rompió cristales y las campanas de la plaza anunciaron tu partida, yo me quedé vacía…con la huella apenas ya visible…de que pasaste ausente por mi vida y casi audible…Pero tú, con las manos llenas de un dolor latente,
(te marchaste inerte) como una fiera calcinada…dejando atrás las cenizas de mi historia…y llevando tan sólo en la memoria mi pasado y entre cerrojos ajustados y candados rotos…intenté mil veces aprisionar mi llanto…pero de mis ojos fijos brotó el cansancio, mojando los senderos de los pliegues de mi rostro
Con mis lágrimas calladas (y un poco frías) mis mejillas encendidas fueron perdiendo vida y la sombra de la angustia me vistió de duelo por la muerte inesperado de tus besos. Pero tú…con esa necedad que mata…me tienes apretada a tus costados y encierras mis sueños en tus manos como queriendo aprisionarme el alma!
Dime cómo habría de escapar de un sueño o de aquella pesadilla DE ADORARTE! y llevar sobre mi espalda el peso enorme de la ingrata indiferencia de tu frente! Porque amarte resulto tan frágil…más difícil olvidarte…y mi locura es la que intenta despojarse de las marcas que dejaron tus caricias como péndulos tatuados por mi vientre!
Y sin embargo insistes en sostener pasados apretando con los puños…llanto…dolor…ingratitud…y este destierro, como queriendo destrozarme lento. Y cómo escapa la memoria del recuerdo, las aves de su nido…en vuelo…o las veces que lloré en secreto guardando mi dolor en un pañuelo!
Eileen
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