Más allá de la media noche, donde las sombras se hacen más oscuras y los espacios más cerrados, estaban mis ojos viéndolo todo, casi sin parpadear y nostálgicos, como dos lunas rotas tiradas en el suelo o colgadas de las ramas de un árbol no muy alto, que intentaba empinarse un poco para tocar los cielos, cuando se escucha ese sonido que rompe el silencio y provoca que una guacamaya perdida, alce de nuevo su vuelo y huya hacia su nido, después de que el agónico gemido de un felino se escuchara al gotear las estrellas, como una llovizna leve sobre selvas vírgenes inexploradas…como por cierto lo son tus labios…cuando me esquiva tu altivez de hierro y me llega a fulminar todo tu olvido!
Eileen
0 comentarios:
Publicar un comentario