Y nada se corrompe ante tus ojos tiernos, luceros fugaces de noches eternas y candil del alma…donde me abandono en mansedumbre y me recojo en tus pupilas finas, claras y de suavidad de seda, como el terciopelo negro que acaricia mis noches cristalinas y bohemias, cuando cantan los vientos tibios en las madrugadas de tus sueños junto a los amaneceres de los míos…
En ese encuentro tan divino de sentidos, donde el privilegio de adorarnos se sustenta en la mirada y se confiesa entre los labios de grana y perlas, como las noches infinitas del silencio, donde callamos a veces (ante el mágico suspiro de la luna) y la danza adormecida de una estrella.
Y en el mar de tu ternura, mis corales se entremezclan con la arena y en tus riscos (las cascadas de tu risa se derraman de tus labios) con la dulce melodía de tu canto, que me invade y me seduce entre el arrullo que en secreto, se devela ante tus ojos tan profundos y preciosos, de miradas transparentes y anhelantes, como el sueño de adorarte y de tenerte, en la eterna comunión de nuestro amor!
Eileen
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