Y entre las mil caras de mi rostro, se esconde la noche azulada y las horas desnudas en mis ojos parpadeantes…y los silencios se cuelgan de mis pestañas como abanicos negros, mirando tus ojos claros llenos de sueños…
Y me asomo sonriendo por tus labios tibios de comisuras llanas (y recaigo como un manjar de besos) en donde las abejas se confunden de colmena entre tu boca abierta y la miel del sauce de su reina y me descubro de nuevo acurrucada entre tus labios…
Respiré tus poros de azahares y azucenas en los inviernos más tupidos, tan húmedos y tibios (como tus labios míos) y tan frescos como el agua clara después de acariciar tu cuerpo con mis sueños…y tocar con mis silencios tu mirada…
Y callé mil veces en tus brazos apretados (con ese aroma a rosas) y de pliegues nacarados como los colores de la noche en desnudez eterna (resbalando por tu espalda blanca) adorada por mi piel y por mis venas…
Y se estrelló la luna en tu regazo siempre mío y gimieron mis latidos abrumados y de golpe, esa esencia de mis poros se perdió entre los espacios de tus muslos y llegué hasta las colinas de tus campos, donde a pulso de brotar como los nardos, florecimos como tardes de verano…
Y entonces, repetí tu nombre y lo grité a los vientos y atenta…esperé que tu mirada respondiera…
Eileen
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