DESGARRÁNDOME EL ALMA

martes, 19 de abril de 2011



Y empecé a deshojarme como una rosa marchita y solitaria en esos otoños inclementes del olvido, donde sueles navegar en tu barca negra como sombra de la noche quieta, esa que reposa en la mansedumbre de las aguas que esperan los inviernos y las frágiles mareas que se amarran en tus puertos como hiedra entrecortada.

Ay como duele vida mía tu silencio que gime, que grita y me susurra… en esas horas largas donde canta el viento y te presiento distante y sin promesas y te abrazo en la nostalgia que se arrima a mis orillas y se mezcla con las huellas dejadas en esa arena clandestina de tus playas!

Y a solas escucho ese cantar de las lechuzas en la noche anunciando el torrencial del alma (que no cede ante la nada) y fija en su mortaja como calaveras blancas, tu memoria que me ataja sin palabras… resucita en mi conciencia como un ánima olvidada que se arrastra en las laderas de piedras y montañas, donde fuimos a escalar de madrugada y tomamos nuestras manos agrietadas, de tanto sostener esas miradas que se acaban…

Porque vida, ya ni se cómo explicarte mi agonía que se pierde en ese horizonte plano que delinea los límites de un sueño y se mezcla con los cielos que palpitan como tardes sin sentido que mueren en mis labios, después de haber besado tanto tu boca y mis silencios desgarrando mi delirio!

Eileen