martes, 22 de marzo de 2011


AZORADA

Y en esta vieja mezcla entre el tiempo que no vuelve y tu pasado repitente (mi locura)
que te mira de frente en ese reloj sin horas que se cayó a pedazos y me partió las manos …tantas veces como sujetarte quise…en el rocío que lloraba madrugadas en los sórdidos espacios de un desvelo

Y es que el tiempo sabe vengarse de la sombra estéril como vástago inerte (en los campos talados de la vida) donde las ramas se desprendieron malheridas de los bosques, que se apretaron en las aguas frías…esas… que llevaron sus calaveras de madera hasta una fábrica de hierro que cortó sus venas y la savia se escurrió de pena por los techos malgastados de aquel pueblo olvidado, donde a solas se murió la noche desquiciada en tu conciencia

Y se escuchó el gemir del alma, como una mujer encinta que lleva en el vientre tu historia, simiente maltratada de recuerdos vagos, dando a luz con ese grito de nostalgia,
…el dolor más indecible por no tenerte cerca y habitar en tu morada intacta…como cuna donde aguardan nuestros sueños

Y sin prisa ni medida, me colgué como un harapo de los cortinajes viejos, porque aunque verte quisiera entre los cristales lluviosos de una ventana rota y azotada por los vientos, no basta con asomarme al abismo de tus ojos negros (ni a los míos) inundados de este llanto nuestro, que se escucha en un lamento eterno, cuando grita el viento en el manglar de tus silencios!

Y azorada te descubro en las secuelas de una memoria agrietada y mi vecina -la demencia- me habló de tus virtudes, (como así de tus desgracias vanas) y del vértigo constante de tu sombra que deambula en los rincones más oscuros de tu rostro, que me mira como impávido y siniestro…en la lúgubre sonrisa entrecortada y retorcida de tu boca, esa boca que en soberbia ensangrentó mis labios, bebiendo la mudez de mis silencios y anulando la palabra sacra que murió en tus besos!

Y así…sobreviviente a tu pasado…me arrastro por los gélidos pasillos que desangran
y llego hasta mi casa, donde ahora habita la nostalgia, la pena y la desgracia de quererte siempre, más cuelga en las paredes rasguñadas de agonías, ese olvido inerte…que espera ser tomado como espada ya afilada y cortar la soga interna que me sujeta como daga y escapar de aquella sombra negra que tiene la fragancia mancillada de tu alma!

Eileen

0 comentarios: