SILENCIOS

miércoles, 26 de enero de 2011



Después de caer la última gota de amanecer y que el silencio inagotable de la noche
se diera en retirada urgente, mi humilde corazón aún doliente, desnudo se postró a los pies de tu recuerdo, apretando entre sus dedos…las huellas invisibles de tu paso ausente, la luna mancillada por tu ausencia, apenas esbozó un pequeño claro…allí sobre lagunas de nostalgias donde a veces las hadas se zambullen como eternas sirenas encantadas, y los duendes corren por los matorrales secos, tratando de encender la hoguera que alumbre mi amargura en soledad perpetua

Un puñado de libélulas fantasmales alumbran los recodos de las selvas, y el grito de tu súbito recuerdo…suena! como una bofetada fría sobre el rostro de mi alma, que mira (sin mirar siquiera) la sombra que se quiebra al paso de una lágrima en su pena y silbó el silencio enredado con el viento, como un quejido eterno y apagado…que anuncia vida mía, el duelo sacro de toda tu verdad y mi despecho, despidiéndose sin causa de los sueños

Y el tiempo, cual sonámbulo indiscreto se atrevió a pasar gritando en medio de la madrugada que estaba recostada en una esquina, evitando que la luna la encontrara…
son sola y desdichada por el golpe que tu ausencia en su violencia la hirió de muerte
…apresurada y sin reservas…y entonces…se desangró el silencio y la noche en fúnebre existencia…se quedó dormida!

Eileen

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